ANAHEIM, (AP).- Los peloteros y coaches, cada cual con la franela de su club, se concentraron cabizbajos, para guardar un minuto de silencio en memoria de George Steinbrenner.
Fue un momento de unidad y quizás también de reconciliación con un hombre que chocó frecuentemente con los comisionados de las Grandes Ligas y con los dueños de otros equipos, y que despidió, contrató de nuevo y volvió a echar a numerosos jugadores y pilotos.
Incluso, el dueño de los Yanquis eclipsó el Juego de Estrellas realizado el martes, al fallecer este mismo día de un infarto cardiaco. Tenía 80 años.
``George fue un gigante de este deporte, y su devoción por el béisbol sólo fue superada por la devoción por su familia y por sus Yanquis de Nueva York'', dijo el comisionado de las mayores, Bud Selig.
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Hace 9 años.
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